MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Real Sociedad y el Villarreal no pasaron del empate sin goles este jueves en el duelo de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en Anoeta, el primero de una semana en la que se miden también en la Liga BBVA y en el que ninguno mostró todo su potencial, con lo que en siete día El Madrigal decidirá el billete a cuartos, a pesar de que en la segunda mitad cualquiera pudo encontrar portería.
El envite copero se decidirá la semana que viene en El Madrigal con todo abierto. Ambos dosificaron fuerzas y se guardaron cartas ante un calendario que les volverá a citar el lunes en la decimonovena jornada de Liga también en la casa amarilla, con la posibilidad para unos y otros de terminar la primera vuelta en posición de Liga de Campeones. La primera mitad apenas trajo ritmo y ocasiones. En la segunda se vio más el potencial que atesoran.
La poca actividad de los primeros veinte minutos comenzó a romperse con las primeras llegadas. Locales y visitantes parecían esperar que el otro se animase para meterle mano. Los de Jagoba Arrasate echaban de menos a Rubén Pardo y Xabi Prieto, además de a Vela arriba, y la creación fallaba. Los de Marcelino, sin prisa, creaban poco también, pero suya fue la mejor hasta el descanso: un mano a mano de Pereira con Zubikarai.
Después de 45 minutos 'relajados', la consigna de los entrenadores exigió más en la segunda mitad. De hecho el primer disparo local llegó a los pocos segundos. Y es que la facilidad atacante de donostiarras y castellonenses salió a relucir con ocasiones en las dos áreas. Los visitantes pidieron penalti por mano de José Ángel dentro del área; Griezmann tuvo su mano a mano. El Villarreal parecía más cerca del gol, pero los locales mejoraron con la entrada de Prieto y Vela.
Tampoco se guardó nada Marcelino, pero el marcador finalmente no se movió. En líneas generales el 'submarino' trató de volverse con un marcador más favorable para la vuelta, pero la pólvora estuvo mojada en las dos áreas. El Madrigal decidirá el próximo jueves un billete para cuartos de final que puede valer casi el pase a semifinales ya que el siguiente rival sería a priori inferior a ambos: Almería o Racing.
El envite copero se decidirá la semana que viene en El Madrigal con todo abierto. Ambos dosificaron fuerzas y se guardaron cartas ante un calendario que les volverá a citar el lunes en la decimonovena jornada de Liga también en la casa amarilla, con la posibilidad para unos y otros de terminar la primera vuelta en posición de Liga de Campeones. La primera mitad apenas trajo ritmo y ocasiones. En la segunda se vio más el potencial que atesoran.
La poca actividad de los primeros veinte minutos comenzó a romperse con las primeras llegadas. Locales y visitantes parecían esperar que el otro se animase para meterle mano. Los de Jagoba Arrasate echaban de menos a Rubén Pardo y Xabi Prieto, además de a Vela arriba, y la creación fallaba. Los de Marcelino, sin prisa, creaban poco también, pero suya fue la mejor hasta el descanso: un mano a mano de Pereira con Zubikarai.
Después de 45 minutos 'relajados', la consigna de los entrenadores exigió más en la segunda mitad. De hecho el primer disparo local llegó a los pocos segundos. Y es que la facilidad atacante de donostiarras y castellonenses salió a relucir con ocasiones en las dos áreas. Los visitantes pidieron penalti por mano de José Ángel dentro del área; Griezmann tuvo su mano a mano. El Villarreal parecía más cerca del gol, pero los locales mejoraron con la entrada de Prieto y Vela.
Tampoco se guardó nada Marcelino, pero el marcador finalmente no se movió. En líneas generales el 'submarino' trató de volverse con un marcador más favorable para la vuelta, pero la pólvora estuvo mojada en las dos áreas. El Madrigal decidirá el próximo jueves un billete para cuartos de final que puede valer casi el pase a semifinales ya que el siguiente rival sería a priori inferior a ambos: Almería o Racing.
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