El equipo de Míchel levantó un 1-0 adverso, gracias a los goles de Medel y Navas. El palaciego, colosal, lideró a un conjunto que mereció el triunfo y dio una imagen sólida y solvente. Todo ello en un estadio propicio para disparar los ánimos y la ilusión
El Sevilla FC se ha dado una alegría tremenda esta tarde en Mestalla, venciendo en una de las grandes plazas de España y sobre todo haciéndolo con argumentos y buenas artes, algo que sin duda evidencia que la tendencia ha cambiado y que dónde antes sólo había pesadumbre ahora hay confianza, mucha confianza. Ni siquiera el tanto inicial del Valencia apartó a los hombres de Míchel de un triunfo que obtuvo con total justicia. Los andaluces, después de haber estado prácticamente dos meses y medio sin ganar, necesitaban un golpe de autoridad como éste, sobre todo porque la victoria supone un bálsamo de moral para un grupo que ha sufrido en exceso en el plano psicológico en lo que va de 2012. El equipo desde el principio mostró un dominio encomiable de la situación, nunca perdió la compostura y se impuso con un fútbol veloz y muy preciso, jugando bien y con un Jesús Navas pletórico, que vuelve a ser ese jugador que se coronó rey del mundo en Sudáfrica.