Empate para empezar la Liga
Athletic Club 1 Rayo Vallecano 1
Para dar carpetazo a la Aste Nagusia por fin se ha disputado el tercero de los encuentros previstos tras el aplazamiento de Madrid y la suspensión de Estambul y, aunque ha terminado con igualada como el de la semana pasada, las sensaciones han sido diferentes, si bien nunca se puede obviar que cada partido, cada rival y cada rendimiento propio son historias irrepetibles. En la calurosa cita del inicio liguero, con generosa presencia de público, el rival ha sido superior nada más iniciarse la contienda y se ha hecho con el control del balón y, por ende, del juego.
Sus opciones de marcar tampoco es que hayan sido excesivas. La primera en el minuto cinco, tras un rebote en la pierna de Movilla, casi sin querer y más clara la de Trashorras en el 22, aunque Iraizoz ha desviado perfectamente al larguero rimero y, luego, a córner. Al de poco el más adelantado en la primera parte por el conjunto vallecano, Michu, ha disparado con la izquierda, con intención pero desviado.
¿Y el Athletic? La primera opción de cierto peligro, además de un par de centros que se han paseado por el área rival, ha llegado en el minuto 23 cuando Dani Giménez ha detenido un tímido cabezazo de Javi Martínez. El Rayo no ha bajado el pistón, sin mucho complejo y con un gran desgaste físico, que todos esperábamos pagara a posterioridad dado el calor reinante. Piti lo ha intentado de falta, pero Iraizoz ha enviado a córner, Muniain no ha logrado rematar una prolongación tras saque de esquina e Iraizoz ha tenido que repeler un nuevo chut de Piti.
El paso de los minutos nos ha traído una mejor versión del Athletic Club, más tranquilo en el campo, más agrupado y con mayor tino a la hora de elegir los huecos. Fruto de ello ha llegado la ocasión clara, en botas de Susaeta en el 38, pero la salida de Dani Giménez ha evitado el gol. Cuatro minutos más tarde Muniain a trancas y barrancas, primero, y con clase, después, se ha zafado de varios defensas, pero su disparo ajustado no ha podido superar al cancerbero.
Los protagonistas han regresado al campo con las mismas sensaciones, equivalente a un buen inicio rojiblanco. El único rostro nuevo ha sido el de Iraola en lugar del de Gurpegi. Las buenas sensaciones anteriores al descanso se han plasmado en un robo de balón de Susaeta en el borde del área que ha terminado a los pies de Llorente y éste ha parecido ser derribado por el guardameta. En vivo así lo ha parecido y ya en imágenes, también. On todo el revuelo se ha calmado enseguida porque en el minuto 55 un pase en profundidad de Muniain lo ha recogido en el área Iturraspe, quien tras zafarse de un par de defensores ha enviado un trallazo con la derecha imparable para Giménez.
El Rayo Vallecano ha acusado el golpe. Sin pausa Gabilondo ha entrado por Susaeta y al de poco un centro suyo no ha encontrado de milagro rematador en el área pequeña. Muniain ha pasado a la derecha, aunque su presencia allí ha sido efímera al tener que ser sustituido, tocado, al de poco tiempo.
Sandoval ha efectuado un cambio a la postre decisivo. Lass B. ha entrado por Trashorras. El cuadro visitante ha perdido toque en la medular, pero ha ganado punch arriba. De hecho, antes de incomodar más de lo deseado a nuestra zaga, ha colaborado activamente en el empate con una cesión con el pecho que Movilla ha enviado a la red.
Una jugada aislada cuando el Rayo lamía sus heridas en el 61 y que ha podido ir a peor si Iraizoz no atina en la salida ante Botelho a renglón seguido. Al de poco el mencionado Lass ha disparado raso fuera por poco. Por un momento la esperada reacción rojiblanca ha llegado. En el 68 Gabilondo, desde dentro del área con la derecha, ha tenido la opción pero el balón se ha ido fuera. Piti desde lejos lo ha intentado sin problemas para el cancerbero local y sin tregua Llorente ha realizado una buena jugada personal, pero chut se ha marchado rozando el poste. Toquero ha reemplazado a Munain, pero el equipo ya ha sido incapaz de levantar la cabeza y el visitante ha terminado más tranquilo de lo que podía esperarse.
No ha sido el mejor estreno posible, pero faltan muchas citas para poder calibrar en su justa medida la nueva forma de jugar que Marcelo Bielsa pretende poner en práctica. Así que mientras se desgranan las jornadas tenemos que hacer valer una virtud necesaria, la de la paciencia, no lo olvidemos, imprescindible cada vez que en el banquillo de San Mamés recala un nuevo entrenador. Y ahora no hay ninguna razón para que se actúe de distinta manera.
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