El tanto de Benzema y el decisivo doblete del alemán, con dos obras de arte, dieron la vuelta al encuentro ante el Valladolid y otorgaron al Real Madrid su cuarta victoria consecutiva.
El Real Madrid dio una lección de valentía en Valladolid y sumó su cuarta victoria consecutiva después de imponerse a un marcador en contra, a un equipo extramotivado que se había adelantado dos veces en el marcador y a un público eufórico por la temporada de su equipo. Manucho, a balón parado, puso por delante a los locales en dos ocasiones, mientras que Benzema, en un primer momento, y Özil, con una obra de arte al filo del descanso, igualaron el choque. El dominio visitante fue abrumador en la segunda mitad y los blancos, que llegaron a retirar del campo a dos defensas para dar entrada a Di María y Modric, se llevaron el triunfo en un golpe franco de Özil. Espectacular partido del alemán, que guio a su equipo con dos goles para enmarcar.
No pudo comenzar peor el encuentro para los intereses del Real Madrid. A los siete minutos los blancos ya tenían el marcador en contra y debían hacer un sobreesfuerzo para remontar en un estadio en el que el Valladolid sólo había caído una vez en los ocho partidos oficiales que había disputado. El tanto del conjunto pucelano llegó además en su primera aproximación al área de Casillas. Córner que saca Álvaro Rubio y, tras una concatenación de rechaces, Manucho lleva el balón a la red en boca de gol. Tocaba remontar y los blancos se pusieron el mono de trabajo para poner las tablas en el marcador. Sólo necesitaron cinco minutos para hacerlo. Callejón, que junto a Nacho era novedad en el once, está muy atento para robar el balón a Balenziaga, encarar al cancerbero Dani Hernández y cederlo a Benzema, que sólo tuvo que empujarla. El encuentro volvía a igualarse, pero daba la sensación de que iba a ser por poco tiempo y más después de las dos ocasiones de las que gozó posteriormente el Real Madrid. Khedira tuvo la primera a los 17’ y Ronaldo, de falta, estuvo cerca de adelantar a los suyos a los 19’.
Pese a todo, fue de nuevo el Valladolid el que se adelantó en una jugada muy parecida a la que significó el primer gol del encuentro. Segundo córner favorable al conjunto pucelano y segundo remate de Manucho que acaba en la red, ésta vez de cabeza a los 22’. Demasiada renta para los méritos demostrados por los locales, que se amparaban en el balón parado, y más difícil todavía para el Real Madrid, que si quería sumar su cuarta victoria seguida debía imponerse a un marcador en contra, a un equipo extramotivado que se había adelantado dos veces en el marcador y a un público eufórico por la temporada de su equipo y la importancia de lo que estaban logrando hasta el momento.
Salvo una falta de Ebert, que puso en aprietos a Casillas, no volvió a aparecer el Valladolid por el área visitante durante la primera mitad. El Real Madrid, sin embargo, seguía acumulando méritos para, al menos, marcharse a los vestuarios con el encuentro igualado. Hasta cuatro claras jugadas de peligro tuvieron los blancos antes de que Özil marcara el segundo al filo del descanso. La jugada fue una obra de arte. El alemán recibe un balón en el borde del área, se marcha de dos rivales y combina con Benzema, que se la devuelve de tacón, antes de colar el balón entre las piernas de Dani Hernández. 2-2 y todo por decidirse en 45 minutos de infarto.
El golazo de falta de Özil dio el triunfo a un Madrid valiente Las pruebas de que el Real Madrid iba a luchar por la victoria hasta la extenuación eran irrefutables y aumentaron tras el descanso. Mourinho, valiente, dio entrada a Di María y retiró a Nacho del terreno de juego. Los blancos dominaban y cuando no tenían la pelota mordían y no dejaban respirar al Valladolid, que no era capaz de acumular más de tres pases seguidos. Quizá por ello las jugadas de peligro se veían todas en el área local. Ramos, de cabeza a los 50’, Benzema, desde la frontal a los 52’, y Ronaldo, también desde fuera del área a los 55’, fueron los protagonistas de las mismas.
Si algo estaban demostrando los madridistas era valentía. Mourinho lo personificaba como nadie y volvía a retirar a un defensa, en concreto Arbeloa, para dar entrada a otro centrocampista: Modric. El encuentro se había convertido en un ida y vuelta sin respiro y el Real Madrid seguía intentándolo. Di María, a los 63’, se plantó ante Dani Hernández, pero el cancerbero local estuvo más acertado. Sí le batió Ramos dos minutos mas tarde, pero Pérez Montero lo anuló por un inexistente fuera del juego del defensa visitante.
La remontada se culminó en el minuto 72 de la misma manera que se fraguaron los dos tantos locales: a balón parado. Falta en la frontal, Ronaldo amaga y Özil golpea el esférico de una forma tan sutil y precisa que golpea en el larguero y hace inútil la estirada del portero vallisoletano. El alemán firmó un partido para enmarcar y guio a su equipo para lograr la cuarta victoria seguida y la tercera en un mes de diciembre en el que los blancos han ganado todo lo que han disputado.
Fuente: Real Madrid CF
No pudo comenzar peor el encuentro para los intereses del Real Madrid. A los siete minutos los blancos ya tenían el marcador en contra y debían hacer un sobreesfuerzo para remontar en un estadio en el que el Valladolid sólo había caído una vez en los ocho partidos oficiales que había disputado. El tanto del conjunto pucelano llegó además en su primera aproximación al área de Casillas. Córner que saca Álvaro Rubio y, tras una concatenación de rechaces, Manucho lleva el balón a la red en boca de gol. Tocaba remontar y los blancos se pusieron el mono de trabajo para poner las tablas en el marcador. Sólo necesitaron cinco minutos para hacerlo. Callejón, que junto a Nacho era novedad en el once, está muy atento para robar el balón a Balenziaga, encarar al cancerbero Dani Hernández y cederlo a Benzema, que sólo tuvo que empujarla. El encuentro volvía a igualarse, pero daba la sensación de que iba a ser por poco tiempo y más después de las dos ocasiones de las que gozó posteriormente el Real Madrid. Khedira tuvo la primera a los 17’ y Ronaldo, de falta, estuvo cerca de adelantar a los suyos a los 19’.
Pese a todo, fue de nuevo el Valladolid el que se adelantó en una jugada muy parecida a la que significó el primer gol del encuentro. Segundo córner favorable al conjunto pucelano y segundo remate de Manucho que acaba en la red, ésta vez de cabeza a los 22’. Demasiada renta para los méritos demostrados por los locales, que se amparaban en el balón parado, y más difícil todavía para el Real Madrid, que si quería sumar su cuarta victoria seguida debía imponerse a un marcador en contra, a un equipo extramotivado que se había adelantado dos veces en el marcador y a un público eufórico por la temporada de su equipo y la importancia de lo que estaban logrando hasta el momento.
Salvo una falta de Ebert, que puso en aprietos a Casillas, no volvió a aparecer el Valladolid por el área visitante durante la primera mitad. El Real Madrid, sin embargo, seguía acumulando méritos para, al menos, marcharse a los vestuarios con el encuentro igualado. Hasta cuatro claras jugadas de peligro tuvieron los blancos antes de que Özil marcara el segundo al filo del descanso. La jugada fue una obra de arte. El alemán recibe un balón en el borde del área, se marcha de dos rivales y combina con Benzema, que se la devuelve de tacón, antes de colar el balón entre las piernas de Dani Hernández. 2-2 y todo por decidirse en 45 minutos de infarto.
El golazo de falta de Özil dio el triunfo a un Madrid valiente Las pruebas de que el Real Madrid iba a luchar por la victoria hasta la extenuación eran irrefutables y aumentaron tras el descanso. Mourinho, valiente, dio entrada a Di María y retiró a Nacho del terreno de juego. Los blancos dominaban y cuando no tenían la pelota mordían y no dejaban respirar al Valladolid, que no era capaz de acumular más de tres pases seguidos. Quizá por ello las jugadas de peligro se veían todas en el área local. Ramos, de cabeza a los 50’, Benzema, desde la frontal a los 52’, y Ronaldo, también desde fuera del área a los 55’, fueron los protagonistas de las mismas.
Si algo estaban demostrando los madridistas era valentía. Mourinho lo personificaba como nadie y volvía a retirar a un defensa, en concreto Arbeloa, para dar entrada a otro centrocampista: Modric. El encuentro se había convertido en un ida y vuelta sin respiro y el Real Madrid seguía intentándolo. Di María, a los 63’, se plantó ante Dani Hernández, pero el cancerbero local estuvo más acertado. Sí le batió Ramos dos minutos mas tarde, pero Pérez Montero lo anuló por un inexistente fuera del juego del defensa visitante.
La remontada se culminó en el minuto 72 de la misma manera que se fraguaron los dos tantos locales: a balón parado. Falta en la frontal, Ronaldo amaga y Özil golpea el esférico de una forma tan sutil y precisa que golpea en el larguero y hace inútil la estirada del portero vallisoletano. El alemán firmó un partido para enmarcar y guio a su equipo para lograr la cuarta victoria seguida y la tercera en un mes de diciembre en el que los blancos han ganado todo lo que han disputado.
Fuente: Real Madrid CF
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