LEVANTE U.D. El Levante firma el mejor arranque liguero del tercer milenio como miembro de la Primera y Segunda División

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Cuatro victorias consecutivas en competición liguera, que conjugan con los dos empates iniciales, alimentan la condición de invicto de una sociedad que se proyecta en la clasificación merced a los catorce puntos adquiridos, en los seis partidos disputados, compartiendo coliderato con el F.C. Barcelona en las horas previas al desafío ante el Málaga del próximo domingo a las 18.00 horas en el Estadio Ciudad de Valencia. Es evidente que el Levante atraviesa por una coyuntura alcista en la alborada de la competición liguera. El amanecer en el campeonato de la regularidad es incuestionable; centelleante y agitado en tiempo presente como la solidez que marca la impronta de la pisada azulgrana. La gélida estadística se encarga de acentuar el valor de esta puesta en escena tan sugerente ofreciendo nuevos datos que denuncian la luminosidad del estado que presenta la entidad.

El Levante certifica el arranque más lujoso desde el advenimiento del tercer milenio. En los doce ejercicios contabilizados desde la frontera con el año dos mil, temporada 1999-2000, hasta la antesala de la séptima semana del calendario 2011-2012, nunca había conseguido atrapar la puntuación que, actualmente, presenta el expediente granota. El Levante ha convivido en la secuencia cronológica fijada entre el marco de la Primera y Segunda División A. En este espacio siempre ha formado parte de las estructuras del balompié profesional en sus dos principales escalafones. De hecho, suma la cuarta experiencia en la elite desde el regreso a la conclusión de la campaña 2003-2004 bajo el manto de Manuel Preciado en el banquillo. Precisamente aquella temporada el Levante superó el sexto enfrentamiento del curso con unos números bastante similares en su haber.


El colectivo de Manuel Preciado defendía el liderato con la suma de doce puntos tras la resolución de los choques afrontados con tres triunfos y tres empates. Aquel bloque mantenía la imbatibilidad en un guiño a la rentabilidad que acompaña al grupo hoy, si bien la portería que defendía Mora era prácticamente inexpugnable para las botas de los atacantes. El guardameta, miembro de la actual secretaría técnica, únicamente había encajado un gol en la secuencia liguera. El Levante presentaba unas credenciales que emparentaban con los guarismos extraídos un año antes con Carlos García Cantarero a los mandos del plantel. El curso 2002-2003 estableció un limes con el pasado. Después de recuperar la categoría perdida durante un período estival un tanto ajetreado, el club permutó su naturaleza con Pedja Mijatovic y Amato como iconos.

En la sexta jornada se subió a los altares de la clasificación anclando su imagen a la segunda plaza con doce puntos. Apenas una semana después alcanzaría un liderato histórico después de más de veinte años sin capítulos de tal índole como miembro de la categoría de Plata. No obstante, esta remembranza evoca un contexto que difiere en grado superlativo de la situación actual. No hace falta teorizar sobre la escasa correspondencia entre los ecosistemas de la Primera y Segunda División, un aspecto que dimensiona el plano presente del Levante. Tampoco hay conexiones entre la perspectiva del Levante en sus últimas apariciones en Primera. El retorno con Bernd Schuster como conductor marcaba un punto álgido en materia estadística a la altura de la sexta semana tras apoderarse de diez puntos surgidos de los tres triunfos y el empate conseguidos.

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