La artillería del Barcelona frenó a un Atlético que se vio obligado a defender y luchar por recortar distancias en los minutos finales.
Noche de gala en el Camp Nou. Y no sólo porque Leo Messi recibió el Trofeo LFP al Máximo Goleador de la historia de la Liga. El vigente campeón, el Atlético Madrid, visitaba Barcelona en la Jornada 18 de la Liga BBVA, y el FC Barcelona ofreció su mejor versión de la temporada en un encuentro que terminó 3-1.
A pesar de la solidez con la que los rojiblancos plantearon el choque, la artillería en ataque del conjunto azulgrana bloqueó las esperanzas de los de Diego Pablo Simeone en el minuto 12. Un disparode Neymar al segundo palo de Miguel Ángel Moyà inauguró el marcador y dio más fuerza aún al Barcelona. Después, fue Luis Suárez, y gracias a una gran jugada capitaneada por Messi, quien abrió distancias ante un Atlético que esperaba el descanso para tomar impulso.
Y así lo hizo. Porque después de la reanudación llegó el primer tanto de los madrileños en un penalti que transformó Mario Mandžukić. El 2-1 devolvió la vida al partido, y a los rojiblancos, que lucharon cada balón para dar la vuelta a un choque que terminó con una diana de Messi en el minuto 88. El 3-1 final sirvió al Barcelona para dar un golpe en la mesa ante un rival siempre complicado.
LFP
Noche de gala en el Camp Nou. Y no sólo porque Leo Messi recibió el Trofeo LFP al Máximo Goleador de la historia de la Liga. El vigente campeón, el Atlético Madrid, visitaba Barcelona en la Jornada 18 de la Liga BBVA, y el FC Barcelona ofreció su mejor versión de la temporada en un encuentro que terminó 3-1.
A pesar de la solidez con la que los rojiblancos plantearon el choque, la artillería en ataque del conjunto azulgrana bloqueó las esperanzas de los de Diego Pablo Simeone en el minuto 12. Un disparode Neymar al segundo palo de Miguel Ángel Moyà inauguró el marcador y dio más fuerza aún al Barcelona. Después, fue Luis Suárez, y gracias a una gran jugada capitaneada por Messi, quien abrió distancias ante un Atlético que esperaba el descanso para tomar impulso.
Y así lo hizo. Porque después de la reanudación llegó el primer tanto de los madrileños en un penalti que transformó Mario Mandžukić. El 2-1 devolvió la vida al partido, y a los rojiblancos, que lucharon cada balón para dar la vuelta a un choque que terminó con una diana de Messi en el minuto 88. El 3-1 final sirvió al Barcelona para dar un golpe en la mesa ante un rival siempre complicado.
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