El piloto español Héctor Barberá, del equipo Avintia Racing, dio el susto en los primeros entrenamientos libres de MotoGP de este viernes del Gran Premio de Aragón, después de que su nueva Ducati se incendiase aparatosamente y sufrir una quemadura de segundo grado en el brazo izquierdo.
Tras presentar este jueves en el circuito la Ducati Desmosedici con la que el valenciano va a disputar las pruebas que restan hasta el final de la temporada 2014, el estreno en los primeros libres no fue el esperado y un problema mecánico provocó que la moto se incendiase cuando Barberá estaba en sus primeras vueltas.
Así, Barberá, según informó su equipo, sufrió una quemadura de segundo grado a nivel de la cara anterior del brazo izquierdo, lesión diagnosticada por los doctores Xavier Mir y Ángel Charte, que le trataron con crioterapia y cura oclusiva, además de con analgesia intravenosa, lo que permitió que, pese a las molestias, estuviese disponible para el segundo libre.
Además, el incendió destruyó la nueva moto, que tuvo que ser reconstruida en un tiempo récord, en un trabajo mano a mano entre los mecánicos de Avintia Racing y los de Ducati fábrica, que lograron que estuviese lista cuando aún quedaban quince minutos de la última sesión de pruebas del día, lo que permitió al de Dos Aguas poder comprobarla y dar las indicaciones necesarias para tenerla a punto para el primer entrenamiento del sábado.
"Ahora mismo el brazo me escuece muchísimo, aunque luego estas cosas, con la adrenalina, se pasan una vez que estás encima de la moto. Todos los analgésicos que he tomado me han dejado ahora un poco despistado, pero estoy razonablemente bien, con ganas de volver a subirme a la moto", comentó Barberá en declaraciones facilitadas por su equipo.
El valenciano reconoció que le dio "un bajón" tras el percance, pro luego recuperó el ánimo. "He visto que en nada he hecho 50.4, sin que funcionase bien el cambio, con problemas de embrague, mejorando lo de la mañana. Así que te deja la sensación esa de 'qué podría haber hecho' de poder haber contado con todo el día", confesó.
"Las sensaciones son muy buenas. He notado nada más salir que era yo el que pilotaba la moto, que puedo frenar al límite, acelerar donde toca. Estoy muy a gusto con ella y sé que puedo rodar rápido", sentenció Barberá.
Tras presentar este jueves en el circuito la Ducati Desmosedici con la que el valenciano va a disputar las pruebas que restan hasta el final de la temporada 2014, el estreno en los primeros libres no fue el esperado y un problema mecánico provocó que la moto se incendiase cuando Barberá estaba en sus primeras vueltas.
Así, Barberá, según informó su equipo, sufrió una quemadura de segundo grado a nivel de la cara anterior del brazo izquierdo, lesión diagnosticada por los doctores Xavier Mir y Ángel Charte, que le trataron con crioterapia y cura oclusiva, además de con analgesia intravenosa, lo que permitió que, pese a las molestias, estuviese disponible para el segundo libre.
Además, el incendió destruyó la nueva moto, que tuvo que ser reconstruida en un tiempo récord, en un trabajo mano a mano entre los mecánicos de Avintia Racing y los de Ducati fábrica, que lograron que estuviese lista cuando aún quedaban quince minutos de la última sesión de pruebas del día, lo que permitió al de Dos Aguas poder comprobarla y dar las indicaciones necesarias para tenerla a punto para el primer entrenamiento del sábado.
"Ahora mismo el brazo me escuece muchísimo, aunque luego estas cosas, con la adrenalina, se pasan una vez que estás encima de la moto. Todos los analgésicos que he tomado me han dejado ahora un poco despistado, pero estoy razonablemente bien, con ganas de volver a subirme a la moto", comentó Barberá en declaraciones facilitadas por su equipo.
El valenciano reconoció que le dio "un bajón" tras el percance, pro luego recuperó el ánimo. "He visto que en nada he hecho 50.4, sin que funcionase bien el cambio, con problemas de embrague, mejorando lo de la mañana. Así que te deja la sensación esa de 'qué podría haber hecho' de poder haber contado con todo el día", confesó.
"Las sensaciones son muy buenas. He notado nada más salir que era yo el que pilotaba la moto, que puedo frenar al límite, acelerar donde toca. Estoy muy a gusto con ella y sé que puedo rodar rápido", sentenció Barberá.
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