El Sevilla fue más que
el Getafe, sobre todo en el primer tiempo y en un final del segundo acto
en el que le faltó apuntillar. Fazio y Negredo, de penalti, hicieron
los tantos locales antes del descanso. Rakitic cuajó su mejor versión en
mucho tiempo, escoltado por un Medel intratable
Fue sobre todo por la derecha por donde los nervionenses comenzaron a hacer daño, dejándose ver lo que seguro va a ser una prolífica asociación, la mantenida por Cicinho y Navas, que parecía no haber jugado los 90 minutos del pasado miércoles en Puerto Rico. El palaciego pudo marcar el primero, a pase de Navarro, pero no ajustó su remate en plena área. Luego fue Negredo quien, tras una gran jugada de Navas y Cicinho, no acertó a embocar en la zona letal. El Getafe, por su parte, replegado esperaba su momento y ciertamente lo tuvo cuando en el minuto 15 Diego López salvó ante Miku, totalmente solo, tras una inexplicable desaplicación atrás. Esa ocasión de alguna manera despertó a los madrileños, que reclamaron su parte en el campo y se estiraron sin encontrar espacios, pero palpando zona de peligro. El choque entró en un terreno pantanoso en el que podía pasar cualquier cosa, dando la sensación de que el que golpeara primero iba a tener mucho ganado. En ese panorama de tanteo de uno y otro equipo, el Sevilla dio un arreón y metió al Getafe a base de córners en su área, hasta que Rakitic, que estaba siendo de lo mejor del equipo mostrando gran criterio en la organización del juego, puso un balón medido para que Fazio sólo metiera la cabeza e hiciera el primero de la noche. Después del primer gol llegaron unos minutos de fútbol veloz e inteligente de los locales, siempre ordenado bajo un Rakitic inspirado. Precisamente una asociación de Reyes con el croata, acabó con el utrerano siendo objeto de derribo por Varela dentro del área. Negredo no dudó en pedir la bola y con calma ajustició por el centro a Moyá. Con la euforia del segundo acabó un primer tiempo que parecía dejar resuelta la papeleta del estreno liguero y tanto fue así que tras el descanso el Sevilla salió aletargado, hasta el punto de acabar metiéndose en problemas. Primero Miku, tras robarle la cartera a Spahic, pudo acortar distancias, pero apareció con una gran intervención por bajo Diego López. No falló, sin embargo, más tarde Alexis, que remató con la testa a la red totalmente solo. El tanto del equipo azulón sentó los nervios en el personal y Míchel refrescó piezas en busca de retomar el protagonismo, sacando a Babá por Negredo, primero, y a Manu y Hervás por Reyes y Trochowski, respectivamente, más tarde. Tal vez por los cambios, tal vez por el propio curso guadianesco del encuentro propició el Sevilla, siempre bajo la custodia incesante de Medel y el acierto en el pase de Rakitic, se vino arriba y pudo hacer el tercero en varias ocasiones. Babá tuvo dos claras oportunidades y el propio Rakitic se estrelló con el larguero en un remate de gol.
Los minutos finales fueron más del Sevilla que de su rival, pero se despertaron los peores augurios cuando después de tanta piedad el Getafe se quedaba con la última jugada del choque, que por fortuna acabó en nada, haciéndose justicia con lo que se había visto, pues en líneas generales la superioridad local fue evidente, más allá de que en algunas fases del encuentroel conjunto de Míchel hubiera desaparecido, más por el cansancio de los cuatro internacionales –todos jugaron 90 minutos el miércoles- y del momento del año, que por su juego en sí. Señales positivas hubo muchas: Navas y Cicinho, el partidazo de Rakitic, el infatigable, siempre él, Gary Medel... También hubo oscuros atrás, jugadas puntuales, pero jugadas que pueden costar caro y que hay que limar. Pero la claridad fue más, mucho más. Claridad y victoria, que en este momento donde nada es realmente lo que parece, porque apenas arranca una larga historia que acaba en junio, es lo verdaderamente importante.
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