FUTBOL:SELECCION ESPAÑOLA ABSOLUTA.España empata con calidad, táctica y valor en San José (2-2)



Una brillante Costa Rica se puso por delante en el marcador en el primer tiempo y obligó a España a una reacción basada en la reordenación táctica de Vicente del Bosque, la calidad y la fe.

Después de ver los resultados de Costa Rica en los últimos partidos, nadie pensaba que pudiera lucir sus mejores galas en un partido contra los campeones del mundo pero los que vimos el partido de los “ticos” contra Brasil sabíamos que su nivel individual y colectivo era digno de considerar. Una selección en el tránsito, que dejó su huella en el Mundial sub-20 de Colombia, anunciaba nuevos valores, como Joel Campbell, que erige en la referencia del futuro de Costa Rica con tan solo diecinueve años.
España salió con su estilo habitual y se encontró con un rival que presentó una disposición táctica de cierre absoluto, con amontonamiento de hombres en la zona de creación, una presión asfixiante y combinaciones de velocidad sobre los espacios y los desmarques que hicieron temblar los cimientos del Estadio Nacional de San José.

Jorge Luis Pinto, un colombiano trotamundos del continente americano, dispuso todo para que España no jugase y, en verdad, hay que decir que lo consiguió durante cuarenta y cinco minutos. En ellos, además, la fortuna se alió con sus futbolistas en la misma medida que el acierto individual y su trabajo grupal. Se puso dos a cero en el marcador y daba una impresión extraordinaria tanto en lo físico, como lo táctico, como en el acierto de cada uno. Apenas traspasada la media hora, Iker no acertó a despejar una cesión hacia su área, se dejó la pelota atrás y Randall Brenes, futbolista de gran movilidad y recursos, aprovechó para regatear y marcar cruzado y arriba. Una acción de mala suerte y un marcador que alzaba en volandas a Costa Rica. Al tiempo, que la hierba se levantaba, la lluvia caía y España intentaba recolocarse. A los cuarenta y dos minutos, se escapó Brian Ruiz, el capitán, y sirvió a Joel Campbell. Con Iker tapado, le sorprendió con un disparó cargado de efecto, una zurda explosiva con rosca de afuera a dentro y ajustada al palo derecho.
Mientras tanto, Azofeifa y Barrantes, éste colosal, con Brian Oviedo rompiendo por la izquierda y la enorme movilidad de los puntas, daban trabajo a destajo al sistema defensivo español. En el descanso, Del Bosque movió el bigote y el banquillo. Sentó a Xabi Alonso, a Xavi Hernández y a Juan Mata, dio entrada a Navas, Cazorla y Busquets y concedió a Valdés la oportunidad de medio partido que vale por uno.
Ahí, con correcciones tácticas, Jesús Navas abriendo el campo y frenando las salidas alegres de las bandas costarricenses, posicionando a Torres que ingresó para fijar las marcas, con la posesión abrumadora de la pelota y las combinaciones constantes con Iniesta y Villa como protagonistas, dieron la vuelta a la situación. La entrada de Silva terminó por congelar el fútbol de Costa Rica que comenzaba a pedir oxígeno ante la avalancha constante del juego español. Cinco ocasiones claras de gol a cargo de Villa, cuatro de ellas, y de Andrés Iniesta, marcaban el camino de los goles que habrían de llegar necesariamente. No era justo que España perdiese en el marcador lo que estaba mereciendo de largo sobre el césped empapado del Nacional de San José. Y hubo que esperar lo suyo. A los treinta y siete minutos, una jugada excepcional de Iniesta, aunque quizá excepcional en cualquiera menos en Iniesta, sirvió para retrasará un balón de dulce al pico del área pequeña, donde Silva fusiló con puntería, certeza y habilidad entre una selva costarricense de piernas locales.
El público pedía la hora, consciente de que aquel serial de golpes al hígado de su defensa terminaría por derrumbar al agigantado equipo local. Y así sucedió. En el tiempo de recuperación de lo perdido, Cazorla sacó una falta desde la línea de tres cuartos por el perfil izquierdo, Torres se llevó la defensa y Villa aprovechó su oportunidad última para cabecear al lado del palo derecho de un impresionante Keylor Navas. Magnífico movimiento de Torres, a quien se le debe conceder un mérito crucial en la acción y el estoque de un matador como “El Guaje” en el hoyo de las agujas de Keylor Navas, suplente en Levante y una garantía bajo palos. 
Partido para extraer conclusiones importantes, por las capacidades de los rivales para armarse contra España, de sus recursos y experiencias de los que dejan constancia, de la capacidad de Del Bosque y Tony Grande para corregir desde el banquillo las cosas que no funcionan a la perfección sobre la hierba. Y reflexión para entender que en el fútbol se puede perder, porque en todos los juegos se puede perder y el fútbol no deja de ser un juego en el que el que menos cartel ofrece resulta capaz de bordarlo, como hizo Costa Rica. Lo que importa no es que no se haya perdido sino la reacción colectiva para evitarlo.
España puede estar contenta por su lucha, su valor y su inteligencia técnica y táctica para contrarrestar muchas cosas que parecen fáciles y que, en el fondo, no lo son.
Costa Rica, una tierra de anfitriones extraordinarios, insuperables, aplaudió el final del partido como quien agradece el final de un bellísimo espectáculo que hizo felices a casi todos. Algunos futbolistas costarricenses no tardarán en jugar en equipos importantes de Europa. Al tiempo.
Fuente:R.F.E.F.

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